El acervo de arte europeo, de los siglos XIV a principios del XX, que resguarda el Museo Nacional de San Carlos desde 1968, constituye uno de los más importantes de Latinoamérica. Tiene su origen en la colección que comenzó a formarse a finales del siglo XVIII en la Real Academia de las Tres Nobles Artes de San Carlos de la Nueva España y que a principios del siglo XIX se incrementó con obras de los propios maestros y con las realizadas por alumnos durante sus viajes de estudio a Italia, así como las que presentaban para obtener el grado de académicos; en este periodo se incorporaron además piezas provenientes de coleccionistas particulares, de la Academia de San Lucas en Roma y de conventos clausurados.